martes, 11 de septiembre de 2012

Una investigación sobre la paz, el tomo I de las memorias de Kepa Murua y una ración triple de Haughton: lo nuevo de milrazones


La rentrée ha venido y nadie sabe cómo ha sido (estaban de vacaciones, claro).

Durante las últimas dos o tres semanas nos hemos hartado en El librófago de hablar de la dichosa rentrée. Claro, dirán algunos: es que es ese precisamente el tiempo que llevan elaborando este blog. Vale, de acuerdo, aunque hubiéramos querido, no podríamos podido hacerlo durante más tiempo. Pero eso es una mera casualidad y no le resta valor a la constatación de que éste es un fenómeno que sucede con puntual reiteración -incluso motivando algún que otro chistecillo no siempre bienintencionado- cada año coincidiendo con el regreso de las vacaciones o el comienzo de un nuevo curso escolar. Todavía diría más. El que El librófago haya estado a pie de estante mientras los demás hundían sus plantas sobre la muelle arena merece que se le conceda cierto crédito. ¿O no? ... Mejor, no contesten.

Sin embargo, a pesar de hayamos utilizado hasta la saciedad esta expresión francesa con la que aludimos al lanzamiento al unísono de un nuevo surtido de novedades por parte de las editoriales, a pesar de que ya hemos tenido la oportunidad de leer en los principales periódicos cuáles son las grandes (ya no, en realidad) sorpresas que nos depara el otoño (los consabidos Murakami, Auster, DeLillo, and so on…), distamos mucho aún de conocer la amplia oferta de sugerentes posibilidades que el sector –sector que no atraviesa tampoco por su mejor momento, por no hacer aquí un alarde de originalidad- brinda a ese lector al que el ranking de la librería de su centro comercial –convertido en una especie de cama redonda gracias a E.L. James- no llega del todo a saciar. Inconformista que es la gente. ¡Con la que está cayendo!

Es lo que sucede con demasiada frecuencia con algunas editoriales más modestas, como, sin ir más lejos, la que nos ocupa. Sellos de esmerada dedicación a los que la producción industrial, y no porque no quisieran vender más, por supuesto, les suena más a ciencia ficción que a  teoría económica, lo que no les impide atender puntualmente el compromiso que tienen con su profesión y con su público.

Cinco novedades, de tres autores, y en dos idiomas, son las que ha dado a conocer hasta el momento el sello Milrazones para inaugurar la temporada, empezando por Pax, obra del policefático investigador Andrés Ginestet, quien firma aquí un libro de artista, que conjuga texto con imágenes para transmitir una visión muy personal, completamente original y novedosa, de la violencia y de cómo evitarla. A este título le sigue la primera entrega de las memorias de Kepa Murua, que lleva por título Los pasos inciertos. Memorias de un poeta metido a editor, una obra en el que el escritor de Zarautz, responsable de en torno a una veintena de libros, además de un infinidad de artículos, repasa su trayectoria como editor en Bassarai, empresa fundada en 1996 en Vitoria, que publicó más de 160 libros en los quince años que estuvo abierta y que le permitió atesorar una visión personalísima pero muy amplia de la vida cultural y literaria del periodo.

Por su parte, el tercer nombre que sumar a los anteriores es el de Chris Haughton, ilustrador irlandés viejo conocido de la editorial al resultar su primer libro, Un poco perdido, un deslumbrante éxito mundial cuya versión en castellano abrió la colección que Milrazones mantiene bajo la dirección de Pepa Montano. La misma chispa de su debut, volcado ahora al catalán bajo el título de Una mica perdut, vuelve en las aventuras de un perro que cede a la tentación en ¡Oh no, Lucas! y ¡Oh no, Charlie!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...